Cuando te quitas los zapatos ¿La gente desaparece? Esa es una señal segura de que tus pies apestan. Tu región olfativa puede ignorar felizmente los olores emitidos desde tus pies, pero las narices de los demás no son tan inmunes.
Un apestoso olor a los pies puede dejarte sin amigos, ya que el mal olor, a menudo aunque injustamente, se relaciona con una mala higiene.

El mal olor de los pies, conocido en la profesión médica como bromhidrosis, se puede remontar a las bacterias que se encuentran en tus pies húmedos y cálidos, calcetines y zapatos, un lugar perfecto para reproducirse y multiplicarse. Hay miles de glándulas sudoríparas en las plantas de los pies que producen la transpiración compuesta de agua, cloruro de sodio, grasas, minerales y diversos ácidos que son los productos finales del metabolismo de tu cuerpo.
En la presencia de ciertas bacterias (o sea las que se encuentran en los zapatos húmedos), estas secreciones sudorosas se descomponen, generando ese hedor o tufillo insoportable.
Remedios caseros para eliminar el olor a pies
Si sufres de este mal olor de pies, no te preocupes. No tienes que tolerarlo más. Sólo tienes que seguir estos remedios caseros para mantener los pies secos y libres de olor.
Lávalos bien
Esas glándulas sudoríparas en las plantas de los pies producen la transpiración compuesta de agua, cloruro de sodio, grasas, minerales y diversos ácidos que son los productos finales del metabolismo de tu cuerpo. En presencia de ciertas bacterias, estas secreciones sudorosas se descomponen, generando un olor nauseabundo. La limpieza de las bacterias con jabón desodorante (y un secado exhaustivo) será como un cortocircuito de este proceso.
¿Con qué frecuencia se deben lavar los pies? Lo suficiente como para eliminar las bacterias ofensivas, pero no tan a menudo como para eliminar todos los aceites protectores de la piel. Si el olor de tus pies es muy fuerte, puede que tengas que lavártelos varias veces al día. Sin embargo, si notas que tus pies se están escamando y agrietando, tendrás que reducir el número de lavados.
Pon sal a tus pies
Si tienes los pies extra sudorosos, trata de añadir media taza de sal kosher (tiene cristales más grandes que la sal de mesa común) a un litro de agua y remoja los pies en la solución. Después de remojarlos, no te los enjuagues, sólo sécatelos bien. Como cualquiera que se haya bañado en el océano probablemente sabes que la sal tiene un efecto de sequedad en la piel.
Utiliza desodorante o antitraspirante
Lo creas o no, el desodorante y/o los antitranspirante que se utilizan en las axilas pueden ser usados en los pies de la misma forma. Presta atención a la etiqueta en el producto. Los desodorantes contienen agentes antibacterianos que pueden matar a las bacterias, pero no van a detener el sudo. Éstos van a eliminar el olor que se produce cuando el sudor reúne las bacterias. Los antitranspirantes, por otro lado, detienen el sudor y el olor al mismo tiempo.
Ponte polvos de talco en los pies
Puedes ponerte en los pies polvos de talco, es un conocido desodorante que contiene cloruro de aluminio hexahidratado.

Cambia tus calcetines cada dos días
Utiliza calcetines que permitan que tus pies respirar. Algunas personas encuentran que las fibras naturales como el algodón o la lana son mejores, pero otros prefieren materiales acrílicos. Así que puedes probar diferentes telas hasta que encuentres el que mantenga tus pies más secos.
Si es posible, cambia tus calcetines por lo menos una vez durante el día y nunca te pongas el mismo par dos días seguidos sin lavarlos. Contrariamente a la sabiduría convencional, los calcetines blancos no son estériles y contienen colorantes, por lo que no son necesariamente mejores que los calcetines de colores.
Zapato abiertos
Elige zapatos abiertos como sandalias siempre que sea posible, ya que permiten que el aire te vaya secando los pies, lo que ayuda a evaporar el sudor y reducir el crecimiento de bacterias que causan el olor. Si las sandalias no son una opción, elige zapatos de cuero o de lona, un material transpirable y evita los zapatos recubiertos con caucho sólido o materiales sintéticos.
Lava las zapatillas de deporte
Algunos zapatos, tales como zapatillas y demás calzado de tela, puedes meterlos en la lavadora. Después de lavarlos, no los metas en la secadora, deja que se sequen al aire libre.
Ventila tus zapatos
Intenta ventilar tus zapatos por la noche o mientras estás utilizando otros zapatos. Si puedes, ve intercambiando tus zapatos. Altérnalos de modo que no te pongas todos los días el mismo par. Afloja los cordones y tira hacia arriba la lengüeta del par que no te vayas a poner y deja que se sequen al sol.
Espolvorea tus zapatos
Una buena opción es espolvorear el interior de tus zapatos con almidón de maíz para ayudar a absorber la humedad y mantener los pies secos.
Come sabiamente
Evita los alimentos de sabor fuerte como el ajo, las cebollas, las cebolletas y los pimientos, porque las sustancias que les dan su potente sabor y aroma pueden pasar a través del torrente sanguíneo y finalmente concentrarse en tu sudor. Aunque este efecto no se limita a la transpiración de los pies, sin duda no ayudará en tu problema con el mal olor.
Controla el estrés
El estrés y la ansiedad aumentan la producción de sudor, dando a esas pequeñas bacterias más alimento para crecer y reproducirse. Si eres tus pies te huelen mal, es el momento de hacer algunos cambios en tu vida o, al menos, aprender algunas técnicas de reducción del estrés.
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